Mejor solo que mal acompañado

Todos hemos visto alguna vez a una pareja de pájaros colaborando para cuidar a sus crías. Es una imagen tierna que tal vez nos lleve a pensar que los pobres pajaritos que sólo tengan a uno de sus progenitores, por ejemplo la madre, lo pasarán fatal en la vida.

Pues, no. Al menos en lo que se refiere al Phoephila (Taeniopygia) guttata, también llamado “el diamante mandarín” y en inglés “Zebra Finch” (Pinzón Cebra).

En un artículo recientemente publicado en Nature (vol 416, pag 733) los investigadores han encontrado que los conflictos familiares constituyen una fuerza evolutiva tan importante como los predadores y la abundancia de alimentos.

Los investigadores compararon la comida que proporcionaban a sus crías las madres solitarias frente a la que proporcionaban cada uno de los padres trabajando en conjunto.

Quitaban o añadían crías a los nidos de modo que la hembra solitaria tuviera dos polluelos y dos padres tuvieran cuatro; por tanto tocándole dos polluelos a la hembra y dos polluelos al padre.

La madre solitaria llevaba 25% más comida a sus hijos que la hembra acompañada.

Los investigadores piensan que la madre sola trabaja todo lo que hace falta; pero si están los dos padres se niega a trabajar más que el padre y ... trabaja menos.

El caso es que los polluelos lo notan pero de un modo extraño: son iguales de gordos, igual de tamaño,... igual de todo. Salvo... salvo que los de madre soltera gustan más a los del sexo opuesto.

Parece que el que los padres se lleven mal hace a los hijos menos atractivos.

Lo curioso, dice Hartley (el investigador principal) es que eso puedo influir grandemente en la evolución de la conducta, tamaño e incluso en la apariencia.

Hasta ahora se pensaba que la estrategia reproductora de las hembras se venía condicionada por los predadores y por la abundancia de comida, ahora hay que tener en cuenta el conflicto con el macho.

posted by Fabian 11:27 a. m.